28 diciembre 2005

CARTA A LOS REYES MAGOS
Querido Gaspar: te escribo a tí porque se que eres catalán y los catalanes me caen muy bien y son muy de fiar. Como sabes esta nochebuena bebí mucha Cava y me sentó muy bien. Me dieron mucha pena esa pobre gente que no sabe disfrutar de las cosas. Bueno... esto no te lo digo para hacerte la pelota, es que te quiero pedir este año una cosa que me llama mucho la atención al mismo tiempo que me da mucho miedo. Ya sabes que soy un poco mayor, y a mis edades es muy dificil adaptarse a lo que sale de nuevo. La cosa es que quiero que me traigas un Internet. No se si sera facil encontrar esas cosas por tu tierra, pero mis amigos me dicen que es muy necesario para relacionarse con la gente. No se. Ahora de vez en cuando escribo aquí en La Casa Encendida en el Blog que nos hemos abierto unos amiguetes, pero tengo un tiempo limitado, aunque me viene bien llegar hasta aquí, ya que al menos ando y andando (dicen) se adelgaza. Bueno. Espero tu regalo. Ya sabes. El día 6 de Enero. Día de tu cumpleaños. O no. Creo que no es así. A veces me lío. Pero creo que la idea está clara. Aunque tampoco estoy demasiado seguro. En fín... cierro los ojos y me fío de ti. Tu ya sabes ¡Vaya si sabes! Joaquín

25 diciembre 2005

¡Bien llegada, Juanamari!

Me alegro de que ya estés por aquí­. ¿Estás alimentando a bozes? Me daré una vuelta por allí­.

La Palabra se hizo carne y acampĂł entre nosotros

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: “Éste de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo”. Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Juan 1, 1-18

De novelas...

4. J. M. Coetzee. "Hombre lento". 2005.

5. Para despedir el año, un pequeño homenaje:

"Caminan lentamente sobre un lecho de confeti y serpentinas, una noche estrellada de septiembre, a lo largo de la desierta calle adornada con un techo de guirnaldas, papeles de colores y farolillos rotos: última noche de Fiesta Mayor (el confeti del adiós, el vals de las velas) en un barrio popular y suburbano, las cuatro de la madrugada, todo ha terminado. Está vacío el tablado donde poco antes la orquesta interpretaba melodías solicitadas, el piano cubierto con la funda amarilla, las luces apagadas y las sillas plegables apiladas sobre la acera. En la calle queda la desolación que sucede a las verbenas celebradas en garajes o en terrados: otro quehacer, otros tráfagos cotidianos y puntales, el miserable trato de las manos con el hierro y la madera y el ladrillo reaparece y acecha en portales y ventanas, agazapado en espera del amanecer. El melancólico embustero, el tenebroso hijo del barrio que en verano ronda la aventura tentadora, el perdidamente enamorado acompañante de la bella desconocida todavía no lo sabe -todavía el verano es un verde archipiélago-. Cuelgan las brillantes espirales de las serpentinas desde balcones y faroles cuya luz amarillenta, más indiferente aún que las estrellas, cae en polvo extenuado sobre la gruesa alfombra de confeti que ha puesto la calle como un paisaje nevado. Una ligera brisa estremece el techo de papelitos y le arranca un rumor fresco de cañaveral.
La solitaria pareja es extraña al paisaje como su manera de vestir lo es entre sí: el joven (pantalón tejano, zapatillas de basquet, niki negro con una arrogante rosa de los vientos estampada en el pecho) rodea con el brazo la cintura de la elegante muchacha (vestido rosa de falda acampanada, finos zapatos de tacón alto, los hombros desnudos y la melena rubia y lacia) que apoya la cabeza en su hombro mientras se alejan despacio, pisando con indolencia la blanca espuma que cubre la calle, en dirección a un pálido fulgor que asoma en la próxima esquina: un coche sport. Hay en el caminar de la pareja el ritual solemne de las ceremonias nupciales, esa lentitud ideal que nos es dado gozar en sueños. Se miran a los ojos. Están llegando al automóvil, un Floride blanco. Súbitamente, un viento húmedo dobla la esquina y va a su encuentro levantando nubes de confeti; es el primer viento del otoño, la bofetada lluviosa que anuncia el fin del verano. Sorprendida, la joven pareja se suelta riendo y se cubre los ojos con las manos. El remolino de confeti zumba bajo sus pies con renovado ímpetu, despliega sus alas níveas y les envuelve por completo, ocultándoles durante unos segundos: entonces ellos se buscan tanteando el vacío como en el juego de la gallina ciega, ríen, se llaman, se abrazan, se sueltan y finalmente se quedan esperando que esa confusión acabe, en una actitud hierática, dándose mutuamente la espalda -perdidos por un breve instante- extraviados en medio de la nube de copos blancos que gira en torno a ellos como un torbellino."

24 diciembre 2005

En la ciudad de David, os ha nacido un Salvador

Salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba en cinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor les llenó de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: " No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy , en la ciudad de David os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejercito celestial, que alababa a Dios diciendo:" Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor".
Lucas 2, 1-14

22 diciembre 2005

Poemas de Ana Ajmatova

LLEGUÉ A VISITAR AL POETA

A Alexander Blok

Llegué a visitar al poeta
exactamente al mediodĂ­a, un domingo.
En el cuarto espacioso reinaba el silencio
afuera, en la calle, hacĂ­a frĂ­o.

Un sol agradable se paseaba
sobre el tupido humo grisazul...
El poeta me miraba fijamente,
en silencio, como un gran anfitriĂłn.

Es mejor ser cuidadosa
y no mirar nunca a sus ojos;
son ojos tan extraños
que jamás se pueden olvidar.

No olvidaré ese encuentro
aquel brumoso mediodĂ­a de domingo
a las orillas del Neva
en una casa grande y gris.

(VersiĂłn de Jorge Bustamante GarcĂ­a)

- - -

LA TIERRA NATAL

No la llevamos en oscuros amuletos,
ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
no perturba nuestro amargo sueño,
ni nos parece el paraĂ­so prometido.
En nuestra alma no la convertimos
en objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
ni siquiera la recordamos.

SĂ­, para nosotros es tierra en los zapatos.
SĂ­, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamoses
a tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.

(VersiĂłn de MarĂ­a Fernanda Palacio)

PD: encontré los escritos perdidos, pronto los volcaré en este lugar...

20 diciembre 2005

Mujer lenta II

La recaída fue inefable, sólo puedo contaros que las sábanas convertidas en farallones crearon un laberinto en la cama y desde cada pliegue me dejaba caer con los ojos cerrados a un abismo de vahos de “sinus”. En las azoteas blancas, terminé la última novela de Coetzee y creo, o acaso fue un sueño, que releí: "The outsider", de Lovecraft, La construcción, de Kafka y Frankenstein, de Mary W.Shelley. La soledad de los personajes es radical. Su monstruosidad les aísla definitivamente. Todo intento de acercamiento lleva al fracaso. Las oscuras amenazas que acechan la vida del hombre: la espera angustiada, la locura, la reclusión voluntaria y definitiva. Pero como escribe el admirado poeta �ngel Guache: hay alucinaciones flacas y gordas.

“La vida es alucinación.
Mis ojos se vuelven faros de automĂłvil.
En mi mente alucinada giran colores alucinados, bajan cantando afĂłnicos por mi garganta.
¡Un nuevo Génesis bajo la manta!
El termómetro está erecto.
En el acto, un acto insurrecto.
¡Las carnes croan, mugen, pían, relinchan…!
Se han extraviado mis sentidos.
Escribí un grafiti sobre los pelos de mi ombligo que reza:” El ombligo me ombliga y el infinito me infinita…”

Querida Adla: ya estoy mejor, gracias. Y por cierto, me encanta tu De Novelas…
Norma, vos deberías buscarnos unos poemitas de Anna Ajmátova, quien fue conocida de mi tío abuelo. Pero esa, es otra historia.

“El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
- ¿Lo creerás, Ariadna?- dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.”

18 diciembre 2005

El huesped del futuro.

Artí­culo de Vargas Llosa en El Paí­s. Muy interesante.

http://www.elpais.es/articulo/elpporopi/20051218elpepiopi_6/Tes

He perdido mi entrada

La otra noche, con la almohada que era mi cabeza toda produje un texto para nuetro barandal. ¡Dónde estará! La niebla de la gripe bloqueaba un poco mi entendimiento, no creo ser capaz de reproducirlo. Espero encontrarlo, es nuestro.

He aparcado "En medio de ninguna parte", de Coetze. Me volcaré en "El hombre lento", el escogido para la Reunión...

17 diciembre 2005

De novelas...

3. ODISEA. Homero. Error: faltaba el cuarto verso :
" y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando
de asegurar..."
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4.
El impacto le alcanza por la derecha, brusco y sorprendente y doloroso, como una descarga eléctrica, y le hace salir disparado de la bicicleta. "¡Tranquilo!", se dice a sí­ mismo mientras vuela por los aires (¡vuela por los aires sin ninguna dificultad!) y, en efecto, nota que los miembros se le relajan obedientemente. "Como un gato -se dice a sí mismo-: rueda por el suelo y luego ponte de pie de un salto, listo para lo que pase a continuación." La palabra "raudo", poco habitual, también asoma en el horizonte.
Sin embargo, no es así­ como van las cosas. Ya sea porque las piernas no le obedecen o porque está momentáneamente aturdido (no siente tanto como oye el impacto de su cráneo contra el asfalto, lejano, con un sonido como de madera, como un golpe propinado con un mazo), no solo no se pone en pie de un salto, sino que, al contrario, sigue resbalando metro tras metro, más y más, hasta que el deslizamiento lo acaba arrullando.
Se queda tendido en el suelo, en paz. Hace una mañana espléndida. La caricia del sol es agradable. Hay cosas peores que relajarse por completo y esperar a recuperar las energí­as. De hecho, puede que haya cosas peores que echarse un sueñecito. Cierra los ojos. El mundo se inclina bajo él y da vueltas. Pierde el conocimiento.

15 diciembre 2005

Mujer lenta

Siempre pensé que una debí­a levantarse de la cama de un salto, para enfrentarse al mundo como las chicas del Cirque du Soleil. Pero ayer, el dueño del circo cosió mi camisón a las sábanas y cuando intentaba erguirme caí­ de golpe sobre el colchón. El impacto me dejó maltrechos los músculos, huesos y articulaciones y comencé a temblar. Con los ojos fijos en el techo, pasé revista a mi anatomí­a y cuando ya daba gracias al dueño del circo por no haberme convertido en Gregorio Samsa, un agüilla se escurrió por dentro de mi nariz y para no ser menos mi garganta emitió un sonido desgarrador. Cuando la columna de mercurio llegaba a los 38 cerré los ojos para conjurar la subida. El sonido del teléfono me despertó de un sopor volcánico y a medida que Joaquí­n Pérez-Minguez me contaba su viaje a Asturias y que ya habí­a entrado en el blog, su voz amiga me reconfortaba de los dolores musculares que reaparecí­an de nuevo. Hablamos de la exposición fotográfica de su hermano Pablo, del libro de relatos que publicaban unas compañeras - finalista de la Sonrisa Vertical- y de Hombre lento, de Coetzee. No me di cuenta que tiritaba hasta después de colgar. Me arrastré hasta el armario de las medicinas y con gran esfuerzo ingerí­ un Gelocatil 650mg que me habí­a recomendado Pérez-Minguez. Antes de regresar al dormitorio revolví­ los anaqueles hasta que la Poesí­a completa de Luis Cernuda apareció debajo de Utopí­a y desencanto, de Magris. Si el dueño del circo había decidido que mi hora habí­a llegado, el poeta y su Ocnos serí­an mis compañeros de viaje.

Hoy: el salto ha sido pequeño, pero mientras me vestí­a ya añoraba los versos, la voz del amigo y la sopa que anoche me preparó Georg por tener la gripe.

12 diciembre 2005

¡Ayuda!

Aparezco por la casa encendida una vez a la semana. (Y cuando puedo.) Por lo que, cuando entro en el Blog me llevo muchas sorpresas. Todas buenas, por supuesto. Ayer escribí­ la carta a los Reyes Magos y le pedí­ que me trajeran el Internet a casa pero no supe decirles que modelo, clase o marca de Internet querí­a. ¿Me ayudaís? Parece ser que hay que entrar por Telefonica (y no por hacer la pelota a Norma) porque es lo más seguro. Pero ¿con ADSL? ¿que es eso? En fin necesito que me deis consejos para ponerme a vuestra altura y poder engordar un poquito más. Llegar andando hasta aquí­ es una paliza. ¿Se hace contrato? ¿Tarifa plana? De momento esto me suena a chino. Bueno, no estoy seguro de que esto llegue.
Efervescente. ¿Es necesario firmar el mensaje-blog?

De novelas... ¿Cómo empiezan?

2. "La metamorfósis"

3. Envio ese "regalito" de Navidad:

"CUÉNTAME, Musa, la historia del hombre de muchos senderos,
que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar;
vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante,
y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando
de asegurar su vida y el retorno de sus compañeros.
Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo,
pues de su propia insensatez sucumbieron ví­ctimas;
¡locos!, de Hiperión Helios las vacas comieron,
y en tal punto acabó para ellos el dí­a del retorno.
Diosa, hija de Zeus, también a nosotros,
cuéntanos algún pasaje de estos sucesos. "

10 diciembre 2005

La Gloria Solitaria

Sólo unos pocos se quedan en la ciudad mientras los vehí­culos desgarran sus voces atrapados en la tela de araña. Miles Davis seduce a las cortinas del invernadero y la escritora levanta su mirada del periódico, sonrí­e por el contoneo de las damas blancas y recuerda el baile con el cadete negro en la base militar de Anápolis. Después continúa con La gloria solitaria, el artí­culo de Vila Matas:
"Tal vez ser un autor sea hacerse el muerto, situarse en el lugar del difunto, y no perder de vista ciertas perspectivas que abrieron pensadores como Foucault, para quien lo que la escritura pone en cuestión no es tanto la expresión de un sujeto que escribe cuanto la apertura de un espacio en el que el sujeto que escribe no cesa de desaparecer: -- La huella del autor está solo en la singularidad de su ausencia; al escritor le es asignado el papel del muerto en el juego de la escritura".
El cadete se llama... que importa, es el hombre más limpio que ella haya visto nunca: el uniforme blanco como el kéfir, la botonadura, los zapatos y las orejas relucen como el sudor de Davis comiéndose las notas.
" -Me llamo Eric Satie como todo el mundo-", decí­a Satie. Con esta frase tal vez quería decir que no se trata exactamente de que el autor esté muerto, sino que en cuando autor ocupa el lugar del muerto, marca sus propias huellas en un lugar vací­o".
Todos miran a la mujer bailar con Holdman, murmuran la excentricidad de la extranjera y admiran que se sostenga sobre esos tacones tan altos. La mano del negro destaca sobre la blusa de seda, ser número uno no le da derecho, dice el Coronel Martí­nez, y añade que el whisky de la cantina está como siempre aguado, después hace un gesto al camarero.
La escritora lee: "Sabemos que también a Thelonious Monk le gustaba de niño esconderse y simularse cadáver". Miles hace el amor con su trompeta y una ráfaga de viento sacude las cortinas. "El escritor no tiene nada que esperar de los demás. Créame, ¡sólo escribe para él!". Cuando pase el puente se comprará el libro de Don DeLillo: Contrapunto.

Desde un país de sombras alargadas

Me he venido al norte de mi tierra: Hace frío, si; pero agradezco que no llueva ni tampoco nieve. Sale el sol. Redondo. Inclinado. Y estátan cerca que parece que lo pudieras alcanzar con las manos. Anochece a la hora del té ientras la luna comienza su ruta, allí mismo, sin llegar a colocarse nunca arriba de nuestras cabezas.

Las sombras han estado toda la tarde alargadas, los árboles pelados y esta casa anhelantemente silenciosa. Desde el desván veo un último vestigio rojo de luz, y de repente ya es noche cerrada.

Estoy con Coetze: Un lugar en ninguna parte. Es desgarrador, e inquietante. Desde la primera página.

09 diciembre 2005

De novelas...

1. "Cien años de soledad" G. García Márquez.
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Para corroborar a Magris:

"Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hallábase echado sobre el duro caparazón de su espalda, y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecí­an a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.
¿Qué me ha sucedido? "
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08 diciembre 2005

De novelas... Cómo empiezan.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendí­a habí­a de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un rí­o de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecí­an de nombre, y para mencionarlas habí­a que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una famila ...
¿Recuerdas de que novela se trata?

INTERESANTE...

La verdad y la mentira literarias... Claudio Magris hizo una inquietante pregunta: "¿Es La metamorfosis de Kafka la crónica sobre la condición humana o el resultado de una experiencia genética?"

EL PAÍS, 30 noviembre, 2005. Pg.37 - 19ÂŞ FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE GUADALAJARA.

07 diciembre 2005

¡Bienvenida, Adela!

¡Lo has conseguido! ¡Qué bien! Por favor, comienza con las novelas, estoy deseando las adivinanzas.

06 diciembre 2005

Pitol y la hipnosis


Durante el curso - recuerdas Norma-, Sergio Pitol relató que se habí­a sometido a un tratamiento de hipnosis para dejar de fumar. Como era obvio, por los ceniceros vedados y los cucuruchos de papel, la terapia no habí­a surtido efecto, pero lejos de sentirse frustrado le estaba muy agradecido al psiquiatra, porque durante la sesión habí­a recordado el dí­a, que siendo muy pequeño, su madre habí­a aparecido ahogada en el pozo de la hacienda donde viví­an, allá en Puebla. Parece ser que después de aquella desgracia, Pitol contrajo una malaria considerada por todos incurable. El niño contaba las diez vigas negras que corrí­an por el techo. La fiebre y las pócimas cargadas de rosarios de las criadas le sumí­an en un sopor sosegado. Sólo quedaba esperar. Pero una tarde, el patio se lleno de potrancas, yeguas alazanas, y de una algarabí­a de peones que empujaban varios carros, de los que bajaron las tá­as maternas y una veintena de baúles. El niño, alertado por los besos y achuchones de aquellas mujeres redondas y chillonas, abrió los ojos. Esa misma noche se deslizó de puntillas hasta el velador, donde se hallaban montones de libros no vistos jamás, apilados en mesas y sillas. Pitol, emocionado, contaba como la ficción le habí­a salvado la vida. Y como setenta años después, la hipnosis le habí­a llevado a rasgar un velo hasta aquel dí­a intocado: la realidad. Recordó la mortaja- llevaba la mano fuera, por eso la conocí­- los rezos, la oquedad en el estómago, el sabor acre de la saliva y el deseo de muerte.

Ayer, en El Mono Rojo, leĂímos: El oscuro hermano gemelo, uno de los cuentos que Sergio Pitol ha dedicado a Enrique Vila- Matas, cuyo final, dice así­:
"La última novela de José Donoso, Donde van a morir los elefantes, lleva un epí­grafe de William Faulkner que ilumina la relación de un novelista con su obra en proceso: A novel is a writer´s secret life, the dark twin of a man (Una novela es la vida secreta de un escritor, el oscuro hermano gemelo de un hombre). Un novelista es alguien que oye voces a través de las voces. Se mete en la cama y de pronto esas voces lo obligan a levantarse, a buscar una hoja de papel y escribir tres o cuatro lí­neas, o tan solo tres o cuatro adjetivos o el nombre de una planta. Esas caracterí­sticas, y unas cuantas más hacen que su vida mantenga una notable semejanza con la de los dementes, lo que para nada lo angustia; a agradece por el contrario a las Musas, el haberle transmitido esas voces sin las cuales se sentirí­a perdido. Con ellas va trazando el mapa de su vida. Sabe que cuando ya no pueda hacerlo le llegará la muerte, no la definitiva sino la muerte en vida, el silencio, la hibernación, la parálisis, lo que es infinitamente peor".

04 diciembre 2005

Versos y oraciones de caminante 1955

4
ROMERO SOLO...

Ser en la vida
romero,
romero sólo que cruza
siempre por caminos nuevos;
ser en la vida
romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo...
ser en la vida
romero... romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa
ni la losa de los templos,
para que nunca recemos
como el sacristán
los rezos,
ni como el cómico
viejo
digamos
los versos.
La mano ociosa es quien tiene
más fino el tacto en los dedos,
decí­a Hamlet a Horacio,
viendo
cómo cavaba una fosa
y cantaba al mismo tiempo
un
sepulturero.
-No
sabiendo
los oficios
los haremos
con
respeto-.

Para enterrar
a los muertos como debemos
cualquiera sirve, cualquiera...
menos un sepulturero.
Un dí­a todos sabemos hacer justicia,
tan bien como el rey hebreo,
la hizo
Sancho el escudero
y el villano
Pedro Crespo...
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero.

Sensibles
a todo viento
y bajo
todos los cielos,
poetas,
nunca cantemos
la vida
de un mismo pueblo,
ni la flor
de un solo huerto...
Que sean todos
los pueblos y todos
los huertos nuestros.

LEÓN FELIPE

La noria o la vida

Hemos entrado a saco en la recta final del año. Diciembre ha llegado y se niega a avanzar, cosa que yo agradezco. Nos entretiene con festivos indecisos: si... no..., si..., no. Aquel viaje a Madrid, Pitol andaba desconcertado. Si, quizás fuera el jet lag lo que desacompasaba su cuerpo, pero lo cierto es que mientras apagaba sus cigarrillos transgresores en un improvisado cucurucho de papel, que regaba profusamente con agua mineral, llegamos a pensar en un repentino atisbo de senilidad en el Maestro.

Recuerdo ese aciago dí­a en que nos enteramos de que Chisy habí­a dejado de existir. Por la mañana me habí­an despertado los estallidos de uno de los trenes. Por la ventana, el horror. Llegué al trabajo caminando entre heridos y ambulancias. A la altura de Atocha nos hicieron retroceder y dar la vuelta por el Retiro. Ya en mi puesto, como a media mañana, el teléfono, una premonición: "una mala noticia. No, no son los trenes. Es nuestra Chisy. Ayer en Parí­s. Todo ha terminado".

Ha vuelto a amanecer por estos horizontes. Hay una plaza, los niños rí­en, caen y lloran, hacen carreras con las bicicletas bordeando los juegos una vez, y otra, y otra más. Pasan los trenes y dejan sólo un zumbido en los oí­dos. Pitol ha vuelto a dar cursos en la Casa de América y ahora le han dado el Cervantes.

Los gatos siguen procreando ahí­ en la esquina.

02 diciembre 2005

Disculpad la analepsis


El veintiuno de mayo de 2002, Norma, Joaquí­n y Sara comenzaron un curso de creación literaria con Sergio Pitol. La tarde era cálida y los jardineros plantaban petunias en Recoletos. Joaquí­n Pérez-Minguez buscaba ceniceros- ya prohibidos en aquel entonces en La Casa América - para que Pitol fumara. Norma Dragoevich leía uno de sus maravillosos cuentos. Sara Cantó estrenaba un cuaderno grande, con tapas rosas, de Georgetown University, que tenĂía guardado para una ocasión especial. Su admirada Carmen Martí­n Gaite le habí­a confesado: para un escritor, estrenar un cuaderno es todo un acontecimiento, solo comparable a la botadura de un barco. Los tres se encontraron con la hija de Chisi, que en aquella Época estudiaba filologí­a.

Pitol, con una voz de acentos, cadenciosa y tibia les habló de Vitol'd Gombrovich, Faullkner, Walser, Roth y Werfel. "El escritor debe ponerse al límite del maestro", decí­a mientras devoraba las caladas con la elegancia de una balinesa, "sí­, ambición y modestia". El Quijote, música, cine, Gogol y Chejov. Explicación introductoria, conflicto y desenlace. Las preguntas del cuento: qué ocurre, cuándo sucedió, por qué sucedió, dónde ocurre la primera escena, quién es el protagonista. El lenguaje obedece a las interrogaciones. La Casa de Asterión, de Borges: el personaje dicta la trama y el lenguaje viene adjunto al personaje. El narrador, el punto de vista, Henry James. En el descanso, Joaquí­n y Sara le dijeron a Pitol que Chisi era familiar de Kafka, y la hija de Chisi, tan niña, enmudecida por la vergüenza.

Las campanadas de Correos griseaban la sala barroca del palacio. "El misterio es el camino haci­a una oquedad", y Pitol apagaba la colilla como si se tratara de un gusano de seda y "dejarse llevar por el instinto". Tres rosas amarillas, de Carver. Mañana: El desfile del amor. Norma, Joaquí­n y Sara deberí­an pasar a limpio las notas del cuaderno rosa. Recoletos tení­a un olor mestizo de flores y estiércol y los tres contentos de haber atrapado las palabras del maestro y la hija de Chisi ocultándose entre las petunias.

Analepsis: anacroní­a consistente en un salto hacia el pasado en el tiempo de la historia, siempre en relación a la lí­nea temporal básica del discurso novelí­stico marcado por el relato primario. Sergio Pitol, no esperaba ser Premio Cervantes. Ni Joaquí­n, Sara y Norma que Chisi, todaví­a tan niña, muriera en Parí­s y que su hija se hiciera mujer, tan de repente.

01 diciembre 2005

¡Hurra por Sergio Pitol!

A nuestro excéntrico y sabio amigo le han concedido el Premio Cervantes. Se lo merece, quién sabe si ahora seguirá disponible para dar seminarios en la Casa de América, a l@s novat@s, ocios@s y curios@s que rondamos por Madrid.

Pitol (Puebla, 1933), un autor de culto en su México natal, es destacado cuentista, memorialista y poeta, y ha traducido más de un centenar de obras de autores como Henry James o Anton Chejov. Además, era uno de los nombres que más sonaba para llevarse el galardón, junto con el del uruguayo Mario Benedetti y el peruano Alfredo Bryce Echenique.
Sin embargo, Pitol ha asegurado ví­a telefónica a elmundo.es, desde su casa de Xalapa (donde reside desde hace unos años y en la que el teléfono no paraba de sonar), que no esperaba el premio. "Pensaba que no tení­a ninguna posibilidad, teniendo como rivales a Benedetti, Bryce Echenique o Marsé".
Sobre Miguel de Cervantes, el autor, con la voz llena de emoción, ha dicho que se trata de "un lugar común, es la figura más importante desde el Renacimiento no sólo de las letras españolas, sino que es una figura universal, como Shakespeare. Son las figuras que hoy pueden no sólo leerse, sino que todaví­a dan alas a los nuevos escritores".
Su pasión por los clásicos data de muy lejos, de su infancia. "Como fui poco a la escuela por una enfermedad, todo el tiempo, de sol a sol, leí­a", explicaba Pitol en un acto celebrado el pasado año en Madrid, en el que, como hoy, destacó la vigencia de Cervantes, ya que 'El Quijote' o las 'Novelas ejemplares' "tocan los problemas a los que nos enfrentamos ahora y dan soluciones".
El fallo de este premio, que concede el Ministerio de Cultura y que está dotado con 90.180 euros, fue dado a conocer por la titular de Cultura, Carmen Calvo, tras la reunión que mantuvo el jurado, presidido por el director de la Real Academia Española, Víctor Garcí­a de la Concha. El fallo fue alcanzado por mayorí­a tras sucesivas votaciones.
(de El Mundo digital, 1-12-2005).