31 julio 2006

Santander sin invierno

Hoy es lunes y al abrir el blog me llevo una gran desilusión: nadie escribiół desde mi última crónica del jueves. ?Será que todo el mundo está de vacaciones?. Bueno, eso no serí­a disculpa; yo también lo estoy y sigo escribiendo. ?Que pasa con Adla? Cangreja y Efí­mera prometieron visitarme en El Escorial y Norma está, si no me equivoco en Bruselas. Pero, ?y el resto de mis "ni?as"?
Dentro de tres dí­as regreso a mi base de operaciones en el Escorial. Aquí­, como ya os conté han pasado tres estaciones, primavera, verano y oto?o pero el invierno no ha llegado. Ahora, un calor humedo en ocasiones azul pero con frecuencia gris se ha apoderado de la ciudad. De vez en cuando llueve desinteresadamente, sin gracia. Santander se acaba a pesar de que ma?ana comienzan los festivales de Verano, con la Traviatta de Verdi. Como las localidades se agotaron hace tiempo, busco entretenimientos más asequibles. Ma?ana a las ocho tengo una tertulia literaria en la Menendez Pelayo con Lucí­a Etxebarrí­a, Lola Beccarí­a, Marta Sanz y Zoe Alameda (o Almeida). Imagino que será una mesa redonda feminista pero puede tener gracia. Ahora leo la autobiografía de Felicidad Blanc, la esposa y madre de los Panero, de la pelicula El Desencanto. Compré el libro en un rastrillo, por un euro. No está muy bien escrito pero describe bien una familia y una época. Lo compré para un amigo pero antes de dárselo aprovecho para leerlo.
Podrí­a contar más cosas pero tengo la sensación de que escribo para el vací­o. ?Hay alguien ahí­, al otro lado de estas palabras?

27 julio 2006

Oto?o en Santander

En Santander las estaciones transcurren a la velocidad de las semanas. Continúa Julio. Al principio fue primavera, luego verano y ahora ya es oto?o. Llueve. Las hojas de los plátanos de la Alameda riegan a cuantos pretenden en ellas encontrar cobijo. Hace dos dí­as que no podemos colgar la ropa en el tendal de mi habitación oscura de nubes grises. La playa se cubrió con un manto pegajoso de sombrillas vací­as. Leo "La mitad del Alma" de Carme Riera. Como ayer fue mi santo MariCruz me regaló unos zapatos para caminar por la lluvia. Unos amigos me regalaron un libro caro que, como resultaba natural, no me interesaba en absoluto. Lo transformé en dos: "Capital de la Gloria" (Visor) una colección de poemas de muchos autores sobre la resistencia de Madrid y "Absalón, Absalón" de Faulkner, (Cátedra) que seguramente tendremos que preparar para Septiembre; para cuando todaví­a sea verano en Madrid.
Propicio para las lecturas y la gastronomí­a, aprovecho el oto?o también para abusar de la comida cántabra. Engordé cinco kilos pero MariCruz se comprometió a rebajármelos en el Escorial a base de gazpachos y pechugas de pollo (sin patatas). Cuando vengan Sara, o Silvia (si es que está por Madrid) o Norma, (?porqué no las tres juntas, si se ponen de acuerdo?) haré una excepción. De Adela no digo nada,-aunque me encantarí­a que viniese,- porque la supongo con más obligaciones y porque apenas colabora en el blog.)
En efecto, la semana pasada hubo "martes literario" con Juan Cruz, por lo que Sara se ganó el aperitivo (aunque no con gambas, sino con croquetas). Esta semana vino Rosa Montero, pero yo tení­a cena y no acudí­ a su charla. Bueno. Espero llegar al Escorial la semana que viene, por lo que no se si esta será mi última crónica desde Santander, donde es oto?o y, por consiguiente, llueve.

20 julio 2006

A la playa

Por fin, me voy a la playa unos dí­as. Intentaré terminar Almas grises y Alondra. Sí­, voy muy retrasada, pero la abogací­a, mi otra actividad, me ha sumergido en un mundo oscuro: el psiquiátrico de Ciempozuelos. Y no es que yo sea una enferma mental - bueno, algo sí­, como todos- sino mi cliente, un esquizofrénico que desea le sean reconocidos sus derechos. Llevo varias semanas negociando con personas que se parecen a la enfermera de aquella pelí­cula deprimente titulada: Alguien voló sobre el nido del cuco ( One flew over the cuckoo´s net), de Milos Forman. Por si acaso huyo antes que me hagan una lobotomí­a.
Luego, a mi regreso, Efervescente me invitará a un aperitivo, con gambas, en El Escorial. Aunque no sé si invitarle yo a él por haber tenido la paciencia de aguantar a nuestro queridísimo Juan Cruz.
Norma, gracias por tu nuevo enlace. Es muy bueno, en El Mono Rojo mantenemos muy buena relación con el equipo de PRISA.
A las muditas les mando un fuerte abrazo.

18 julio 2006

Llegó el Verano

Aquí­, en Santander, hace tres dí­as que llegó el verano. Por fin alcanzamos los 25? y la gente se muere de calor. Esto es como el fin del mundo. Yo mismo, poco amante de las playas me he ba?ado tres dí­as seguidos en el mar. Y todo esto sin parar de comer rebas y chipirones encebollados y sardinas. Acabé de leer Middle Sex de Eugenides. Me encantó. Ahora estoy con Cuentos Cortesanos de Maupassant. Relatos breves para leer, como digo, en la playa. Pero aún falta lo más gordo del verano, las Fiestas de Santander que empiezan el dí­a de Santiago. Hoy dí­a 18 hay un homenaje a Franco (recordad, el caudillo) en la plaza del Ayntamiento, pero yo acudiré a una tertulia literaria de.... ?ay que mal estoy de nombres! Si, el canario este bajito, que dirigí­a la colección Alfaguara y que colabora mucho con el Pais. Bueno, a quien adivine el nombre le invito a una ca?a (con aperitivo) en El Escorial, en Agosto. (Una pista, me parece que se llama Juan). Vale, de más no me acuerdo y no es que no quiera acordarme.

16 julio 2006

Nuevo enlace

He puesto un nuevo blog en la sección enlaces, lleva a El Boomeran(g), un blog de literatura latinoamericana de "la oficina del autor" (PRISA). Es interesante.

También recomiendo visitar esta dirección: http://www.laflecha.net/canales/comunicacion/200602201/

Tiene una reflexión sobre el papel de los blogs en la comunicación actual.

11 julio 2006

Tiempo de ocio...

?Ah! ?Qué ganas tengo de pillar las vacaciones! Disfruta de Santander, amigo. Precisamente hoy envié un mensaje a una persona que está allí­ y le recomendé que aproveche los aires de mar y la buena comida. En Madrid el sopor durante la tarde casi no se aguanta.

?Qué lectura hemos escogido para el encuentro de septiembre? No lo puedo recordar.

Continúo con mis lecturas, siempre inconclusas: "Mujer con perro sobre fondo verde", de Alfonso Fernández Burgos, y "El Mago de Viena", de Pitol. El segundo me inspira más, pero Mujer con perro.. son relatos cortos, más apropiado para leer en el metro, el autobús, de a ratos...

Postal de Verano

?Como es posible que digais que hace calor si aquí­ en Santander no alcanzamos los 25 grados? Además esta noche llovió y el ambiente está más fresco que nunca. En fin no es para daros envidia. Aqui se lee y se come mucho y se va poco a la playa. (Solo dos dí­as de 11). Leo MIDDLE SEX, de Eugenides (Anagrama) que me está encantando. Leí­ LA NIETA DEL SE?OR LIH, de Phillipe Claudel, que encierra un misterio y CUENTOS DE LA MONTA?A del portugués Torga que me gustó mucho. De momneto no he asistido a ningun "martes literario": el martes pasado habló Manuel Vicent pero me quedé en casa viendo las semifinales del futbol. Me parece que Efímera tiene razón al protestar. Yo prometo escribir algo todos los martes, que es cuando acudo al Internet. Besos. Joaquí­n

10 julio 2006

?Hay alguien ahí?

No es el tí­tulo de un cuento de Carver, sino una pregunta dirigida a la tertulianas. Ya sé que hace mucho calor, pero unas palabritas, chicas, tampoco cuestan tanto.

09 julio 2006

La Eternidad

Poseí­a cuando ni?o una ciega fe religiosa. Querí­a obrar bien, más no porque esperase un premio o esperase un castigo, sino por instinto de seguir un orden bello establecido por Dios, en el cual la irrupción del mal era tanto un pecado como una disonancia. Más a su idea infantil de Dios se mezclaba insidiosa la de la eternidad. Y algunas veces en la cama, despierto más temprano de lo que solí­a, en el silencio matinal de la casa, le asaltaba el miedo de la eternidad del tiempo ilimitado.

La palabra siempre, aplicada a la conciencia del ser espiritual que en él había, le llenaba de terror, el cual luego se perdí­a en vago desvanecimiento, como un cuerpo tras las asfixia de las olas se abandona al mar que lo anega. Sentí­a su vida atacada por dos enemigos, uno frente a él y otro a sus espaldas, sin querer seguir adelante y sin poder volver atrás. Esto, de haber sido posible, es lo que hubiera preferido: volver atrás, regresar a aquella región vaga y sin memoria de donde habí­a venido al mundo.

?Desde qué oscuro fondo brotaban en él aquellos pensamientos? Intentaba forzar sus recuerdos, para recuperar conocimiento de dónde, tranquilo e inconsciente, entre nubes de limbo, le habí­a tomado la mano de Dios , arrojándole al tiempo y a la vida. El sue?o era otra vez lo único que respondía a sus preguntas. Y esa tácita respuesta desconsoladora él no podía comprenderla entonces.

Ocnos, de Luis Cernuda


07 julio 2006

Ocnos, de Luis Cernuda

(Cosa tan natural era para Ocnos trenzar sus juncos como para el asno comérselos. Podí­a dejar de trenzarlos, pero entonces ?a qué se dedicarí­a? Prefiere por eso trenzar los juncos, para ocuparse en algo; y por eso se come el asno los juncos trenzados, aunque si no lo estuviesen habrí­a de coméroslos igualmente. Es posible que así­ sepan mejor, o sean más sustanciosos. Y pudiera decirse, hasta cierto punto, que de ese modo Ocnos halla en su asno una manera de pasatiempo).
Durante el estí­o publicaré epí­grafes de Ocnos. Mi abuela siempre llevaba el librito de Cernuda, una edición que le regaló su hermano.
18. "El Gran Gatsby". F.Scott Fitzgerald. 1925.

05 julio 2006

Postales

De ni?a me gustaba escribir postales en verano. Mi tí­a Julia susurraba que era un hábito de gentes solitarias. Tení­a razón.

Me gusta que Efervescente haya escrito en tono de postal. Sugiero que todos hagamos igual y deslicemos en el blog algo de nuestras vacaciones. En fin, que empiezo.

Querido Joaquí­n:

Un a?o más no podré ir a Santander por estas fechas. Me alegra que el cielo te refresque y planees actos para el curso próximo. Si te parece bien podemos hacerlos en El Mono Rojo, que siempre será más í­ntimo, sobretodo para el invitado; a nosotros ya no nos avergüenza la algarabí­a que formamos, a pesar de haber sido echados de los bares como los borrachos de Dostoievski. Bueno, besos y hasta pronto.

Tuya siempre,

Efí­mera

04 julio 2006

Santander

En Santander no llueve ni hace calor. Así­ debe ser el cielo por las ma?anas. Atrás quedan las tertulias. La última con "el otro grupo" en el que contamos con la presencia del autor del libro, "PSICOLOGOS, SIQUIATRAS Y OTROS ENFERMOS". No recuerdo su nombre pero se que es muy simpático y que además conoce a Adela. (Sus padres son artistas y conocen mucho a Juan, y por supuesto a su mujer: Adela). Le hablé de la posibilidad de reunirse con nuestro grupo y le pareció muy bien. Tendremos que hablarlo, pero yo creo que al menos una vez al a?o debemos tener un debate con la presencia del escritor de la novela a tratar. Conocemos a alguno. Las actividades culturales de Santander han comenzado. Hoy tenemos una mesa redonda con Manuel Vicent, aunque aún no se acabaron los mundiales de Futbol. ?Nadie se va a pasar por aquí para hacerme una visita?
(Al concluir este texto compruebo que su redacción es mas propia de correo que de Blog, pero no quiero empezar de nuevo su redacción) Concluyo sin despedirme. En los Blogs, no existen las despedidas, al menos eso es lo que yo creo.

02 julio 2006

Entre cursos


Regreso de los montes de Málaga. En una de las colinas tiene la casa mi hermano. Encalada y con jardí­n. Todo blanco y sobrio, barnizado por el espí­ritu danés de mi cu?ada Astrid (estrella bella, en la mitologí­a nórdica). Desde la terraza se ve el mar a lo lejos, la casa parece colgada de las nubes. El motivo de mi visita era estar, entre cursos, con mis sobrinos. Él tiene cuatro a?os y ella un a?o y medio. Aparecí­ como la tí­a de David Copperfield, sólo para hacerlos felices durante unos dí­as antes de que él comience el curso de verano y ella regrese a la guarderí­a. He aprendido a montar Legos y algunas palabras danesas que me traducí­a él, cuando en los primeros dí­as no entendía lo que mi sobrina necesitaba. Un lenguaje contundente lleno de palabras espa?olas y nórdicas que me convertí­a en una analfabeta divertida, rescatada por la bondad e inteligencia de un ni?o de casi cinco a?os. Por las ma?anas la vida comenzaba muy temprano allí en los montes y los ojos infantiles me hací­an ver el mundo de nuevo. Inefable, se llena de sentido cuando quiero relatar sus miradas. Recuerdo a Hugo von Hofmannsthal y Lady Chandos. Aquella carta a Francis Bacon: "Las palabras ya no llegan a él, tiemblan y se rompen, es como si ("como si", digo) estuviera protegido por un escudo de cristal" Y aún así­ él le escribe a usted, igual que le escribo yo, pues es usted conocido entre todos los hombres por elegir sus palabras y ponerlas en el lugar correcto y por construir sus juicios igual que un alba?il construye una pared con ladrillos". Cómo contaros la sorpresa de mi sobrino al tocar el raso de mi salto de cama- es muy suave- o al verme dar una voltereta en el agua- te aprietas la nariz. Cómo deciros la emoción que se siente al coger la mano diminuta y tierna de mi sobrina. Todo es alegorí­a, dice mi Philip.

De novelas... ?Cómo empiezan?

En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas por la cabeza.
"Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas..."
No a?adio más, pero ambos no hemos sido nunca muy comunicativos dentro de nuestra habitual reserva, por lo cual comprendí­ que, con sus palabras, querí­a decir mucho más. Queda dicho que tengo una gran tendencia a reservarme toda opinión, hábito que me ha facilitado el conocimiento de las más extraordinarias naturalezas, y también me ha hecho víctima de no pocos latosos sempiternos. Cuando esta cualidad aparece en una persona normal, es captada en el acto por la mente anormal, que inmediatamente se adhiere a ella; así­ fue como, en la Universidad, se me acusaba, con toda injusticia, de ser un político porque conocía los secretos agravios de desenfrenados y desconocidos seres. La mayor parte de las veces, no iba a la caza de confidencias; en muchos casos, al advertir, por alguna inequí­voca se?al, que en el horizonte rondaba una revelación í­ntima, he fingido sue?o, preocupación o una hostil indiferencia; las revelaciones í­ntimas de la juventud, o al menos sus términos de expresión, suelen ser plagios y estar desfigurados por supresiones más que evidentes. Reservarse opiniones es asunto de infinito alcance.