Naguib Mahfuz, el único escritor en lengua árabe premiado con el Nobel de Literatura, ha fallecido hoy a los 94 a?os de edad en el hospital de la policía de El Cairo. El novelista recibió ese galardón en 1988 y está considerado por la crítica el mayor cronista del Egipto actual. Ha muerto tras permanecer más de tres semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Mahfuz era el primer cultivador de la novela moderna en Egipto, considerado uno de los escritores árabes más innovadores. Su obra orbitaba en torno al hombre y su impotencia para luchar contra el destino y las convenciones sociales.
Más sobre Mahfuz: (he a?adido un espacio para que no se desconfigure el blog, hay que quitarlo y poner la dirección toda seguida).
http://www.elpais.es/articulo/cultura/Fallece/premio/Nobel/Literatura/ egipcio/Naguib/Mahfuz/elpporcul/20060830elpepucul_1/Tes/
30 agosto 2006
26 agosto 2006
Promesa
Prometiste algo de El Ocnos, de Luis Cernuda, y Dios ha querido que lo cumplas :
El Tiempo
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre una vez ha vivido libre del aguijón de la muerte.
?A?os de ni?ez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de eternidad. ?Cuántos siglos caben en las horas de un ni?o?..
Pronto comenzarán las clases de El Mono Rojo y la tertulia de El Barandal, desde tu balcón ves los árboles titilar con una luz fría y las golondrinas ya se han marchado. Antes que el curso comience debes leer El hombre de nieve a unos ni?os, allí, en Los Montes.
El Tiempo
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre una vez ha vivido libre del aguijón de la muerte.
?A?os de ni?ez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de eternidad. ?Cuántos siglos caben en las horas de un ni?o?..
Pronto comenzarán las clases de El Mono Rojo y la tertulia de El Barandal, desde tu balcón ves los árboles titilar con una luz fría y las golondrinas ya se han marchado. Antes que el curso comience debes leer El hombre de nieve a unos ni?os, allí, en Los Montes.
Sonata de Verano II
Las paredes se balanceaban como los balandros durante las galernas de GetarĂa. Te chocabas contra las puertas. Rábano, el neurĂłlogo, te hizo un escáner y te tranquilizĂł: es normal, la desaceleraciĂłn produce vĂ©rtigo. La pastilla que te sacĂł del paĂs inestable te llevarĂa a un sopor que invalidaba y los libros esperaron cerrados. Luego, te miraste en el espejo y reconociste los ojos de simio. Por primera vez, lloraste.
Antes, el nueve de agosto, quedaste con Joaco para almorzar con Nacho Fernández, el director de Literaturas.com. Nacho no apareciĂł, pero llamĂł Norma para invitarte a la comida que habĂa organizado JoaquĂn PĂ©rez-Minguez en El Escorial. Le pediste el telĂ©fono de Nacho y Ă©l te confirmĂł que la cita era para el dĂa anterior. Se movĂan las paredes y las fechas. Joaco, te consolaba: el ABC es muy bonito y en PerĂş el ochenta por ciento de las veces me dejan plantado. Nacho, tampoco le dio importancia a tu equivocaciĂłn. Te sentĂas cansada y Jorge dijo que en Biarritz te curarĂas.
Llegasteis a casa de Carmen y Javier, Las Ondinas. La llave estaba en el lugar de siempre. Deshicisteis las maletas y os sentastĂ©is en el porche. Luego, Carmen vestĂa de rosa y Javier colocaba los palos de golf. Brindasteis con las historias del año y el recuerdo de los amigos ausentes. El Oporto y los emplastes de algas te curaron el mareo y guardaste las pastillas en la maleta. Carmen y Javier te mimaban. Cenasteis con Eugenia Niño y Gema Súñer. TĂş amiga Gema, te hizo notar que el verso no era de Salinas, sino de Neruda. Te tomaste otra copita de Oporto y soñaste con la sesiĂłn de algas del dĂa siguiente. Me gustas cuando callas, porque estás como ausente…
El quince de agosto, bajasteis con Carmen y Javier a ver los fuegos artificiales a la playa y llamasteis a los amigos que pasaban el verano en Bremen. En el 2007, estaremos todos juntos, en vuestra casa, como siempre. Una palmera de luces dorada cayĂł sobre vuestras cabezas y le pediste al hada de las luces efĂmeras que se cumpliera vuestro deseo. Antes, el cuatro de agosto, a la una de la tarde, le habĂas pedido a la Virgen: no dejes que nos matemos. Y te lo habĂa concediĂł. Tu solicitud habĂa sido racional sin un atisbo de histeria, acaso imperativa, como meses antes habĂas exigido que se respetaran los derechos de tu clienta esquizofrĂ©nica. La sensaciĂłn de muerte inminente, como la bofetada de una ráfaga de viento helado en el rostro, es inexorable. LucĂa, tu amiga teĂłloga, te dijo meses antes que los milagros se debĂan pedir con una fuerza sobrehumana, por eso habĂa tan pocos.
Antes, el nueve de agosto, quedaste con Joaco para almorzar con Nacho Fernández, el director de Literaturas.com. Nacho no apareciĂł, pero llamĂł Norma para invitarte a la comida que habĂa organizado JoaquĂn PĂ©rez-Minguez en El Escorial. Le pediste el telĂ©fono de Nacho y Ă©l te confirmĂł que la cita era para el dĂa anterior. Se movĂan las paredes y las fechas. Joaco, te consolaba: el ABC es muy bonito y en PerĂş el ochenta por ciento de las veces me dejan plantado. Nacho, tampoco le dio importancia a tu equivocaciĂłn. Te sentĂas cansada y Jorge dijo que en Biarritz te curarĂas.
Llegasteis a casa de Carmen y Javier, Las Ondinas. La llave estaba en el lugar de siempre. Deshicisteis las maletas y os sentastĂ©is en el porche. Luego, Carmen vestĂa de rosa y Javier colocaba los palos de golf. Brindasteis con las historias del año y el recuerdo de los amigos ausentes. El Oporto y los emplastes de algas te curaron el mareo y guardaste las pastillas en la maleta. Carmen y Javier te mimaban. Cenasteis con Eugenia Niño y Gema Súñer. TĂş amiga Gema, te hizo notar que el verso no era de Salinas, sino de Neruda. Te tomaste otra copita de Oporto y soñaste con la sesiĂłn de algas del dĂa siguiente. Me gustas cuando callas, porque estás como ausente…
El quince de agosto, bajasteis con Carmen y Javier a ver los fuegos artificiales a la playa y llamasteis a los amigos que pasaban el verano en Bremen. En el 2007, estaremos todos juntos, en vuestra casa, como siempre. Una palmera de luces dorada cayĂł sobre vuestras cabezas y le pediste al hada de las luces efĂmeras que se cumpliera vuestro deseo. Antes, el cuatro de agosto, a la una de la tarde, le habĂas pedido a la Virgen: no dejes que nos matemos. Y te lo habĂa concediĂł. Tu solicitud habĂa sido racional sin un atisbo de histeria, acaso imperativa, como meses antes habĂas exigido que se respetaran los derechos de tu clienta esquizofrĂ©nica. La sensaciĂłn de muerte inminente, como la bofetada de una ráfaga de viento helado en el rostro, es inexorable. LucĂa, tu amiga teĂłloga, te dijo meses antes que los milagros se debĂan pedir con una fuerza sobrehumana, por eso habĂa tan pocos.
Sonata de Verano
A finales de julio las chicharras cantaban históricas en Ciempozuelos y los locos amodorrados por la medicación te miraban con ojos de simio. Ya habías concluido tu encargo --arrendamiento de servicios- a pesar de las trabas de los cuerdos. De vez en cuando regresas a una profesión, donde lo legal esclaviza a lo justo. Y luego, exhausta, te exilĂas entre relatos y novelas hasta que alguna circunstancia romántica te lleva a vestirte la armadura de nuevo.
Los amigos se marchaban hacia Santander, Bruselas, Bremen y otros destinos y las escritoras de El Mono Rojo os llamabais para ayudaros y a la vez os recomendábais lecturas de estío. Los de la tertulia de El Barandal se desvanecían miedosos todavía de las mujeres de La Cena, de Alfonso Reyes. Todo estaba en calma y de nuevo partiste a Los Montes, donde la mirada y la risa de tus sobrinos cubrían de un halo mágico la existencia.
Cuatro de agosto, una de la tarde, entre Jaén y Granada. El volantazo hizo que el coche chocara contra el quitamiedos de la derecha. Luego, dio seis o siete trompos. Entró en la mediana y chocó contra el quitamiedos de la calzada contraria, rebotó y salió lanzado de nuevo hacia la mediana. Las adelfas y los arbustos actuaron de red que paró el vehĂculo. Tus padres y tú estabais vivos, rodeados de gente extra?a y misericordiosa que no dejaban de ayudaros y repetir la palabra: milagro.
La Compa?ía de Seguros decía que os iba a llevar a la base y esa palabra hizo que tu madre llorara. Una voz salió de tu entra?a: Se?or - le inquiriste al chofer -, a la Clínica Santa Elena, allí nos esperan mi hermano y unos amigos médicos. Son cincuenta céntimos por kilómetro, repuso él. De acuerdo, respondiste. Y tus padres amedrentados se curaban poquito a poco de un temor primario y ancestral.
Los amigos se marchaban hacia Santander, Bruselas, Bremen y otros destinos y las escritoras de El Mono Rojo os llamabais para ayudaros y a la vez os recomendábais lecturas de estío. Los de la tertulia de El Barandal se desvanecían miedosos todavía de las mujeres de La Cena, de Alfonso Reyes. Todo estaba en calma y de nuevo partiste a Los Montes, donde la mirada y la risa de tus sobrinos cubrían de un halo mágico la existencia.
Cuatro de agosto, una de la tarde, entre Jaén y Granada. El volantazo hizo que el coche chocara contra el quitamiedos de la derecha. Luego, dio seis o siete trompos. Entró en la mediana y chocó contra el quitamiedos de la calzada contraria, rebotó y salió lanzado de nuevo hacia la mediana. Las adelfas y los arbustos actuaron de red que paró el vehĂculo. Tus padres y tú estabais vivos, rodeados de gente extra?a y misericordiosa que no dejaban de ayudaros y repetir la palabra: milagro.
La Compa?ía de Seguros decía que os iba a llevar a la base y esa palabra hizo que tu madre llorara. Una voz salió de tu entra?a: Se?or - le inquiriste al chofer -, a la Clínica Santa Elena, allí nos esperan mi hermano y unos amigos médicos. Son cincuenta céntimos por kilómetro, repuso él. De acuerdo, respondiste. Y tus padres amedrentados se curaban poquito a poco de un temor primario y ancestral.
01 agosto 2006
De novelas...
Queridísimos: he vuelto de Menorca. El mes de agosto estaré en Madrid. Me he alegrado mucho de encontraros en el blog. Envio mi peque?a contribución.
19. "En un atardecer muy caluroso de principios de Julio un joven salió de la peque?a buhardilla que tenía alquilada en el pasadizo Stoliarny y se encamninó a paso lento y un tanto irresoluto hacia el puente Kamenny.
Había logrado dar esquinazo a su patrona en la escalera. Su cuchitril se hallaba bajo la techumbre misma de un edificio alto de cinco plantas y más parecía alacena que habitación. La patrona que se lo alquilaba y le proveía de comida y servicio tenía su propia vivienda en el piso inmediatamente inferior, y cuando el joven salía a la calle tenía que pasar junto a la cocina de ella, cuya puerta, que daba a la escalera, estaba casi siempre abierta de par en par. Y cada vez que pasaba lo hacía con cierta sensación de malestar y cobardía que le obligaba a fruncir el ce?o de pura vergüenza. Debía bastante dinero a la patrona y temía tropezar con ella."
?Vacaciones en el blog?
Ay, Efervescente. Estás leyendo en diagonal... y se te pierden palabras por el camino. He estado respondiendo tus postales de Santander, mira al final de tu mensaje, en los comentarios.
Además, tenemos un nuevo miembro en nuestro Barandal, ?Salud, Gato! Bienvenido: si has conseguido llegar hasta aquĂí, seguro que conseguirás encontrar la forma de participar e incorporar nuevos temas.
Estoy en Madrid, en una situación un poco precaria. Ayer y hoy me están pintando el piso. Para muestra un botón: ayer bajé a cambiarme y ducharme a los vestuarios de la piscina... hoy tengo hora con el masajista, pero no encuentro mi agenda así que tendré que llamar para preguntar la hora de la cita. Al menos, el ordenador y la conexión a Internet han vuelto a funcionar.
A partir de ma?ana -espero- volveré a la normalidad y escribiré "más bonito". Que estéis todos bien y disfrutando del verano, compa?eros de tertulia.
Además, tenemos un nuevo miembro en nuestro Barandal, ?Salud, Gato! Bienvenido: si has conseguido llegar hasta aquĂí, seguro que conseguirás encontrar la forma de participar e incorporar nuevos temas.
Estoy en Madrid, en una situación un poco precaria. Ayer y hoy me están pintando el piso. Para muestra un botón: ayer bajé a cambiarme y ducharme a los vestuarios de la piscina... hoy tengo hora con el masajista, pero no encuentro mi agenda así que tendré que llamar para preguntar la hora de la cita. Al menos, el ordenador y la conexión a Internet han vuelto a funcionar.
A partir de ma?ana -espero- volveré a la normalidad y escribiré "más bonito". Que estéis todos bien y disfrutando del verano, compa?eros de tertulia.
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