24 abril 2008

La noche de los libros y Juan Gelman

Queridos, queridas, a pesar de la resaca de La Noche de los Libros -gracias a Magdalena, Miriam y Joaquín por su asistencia a Diálogo-quería homenajear a Juan Gelman.

http://www.abc.es/20080423/cultura-libros/discurso-juan-gelman-entrega_200804231515.html

Que lo disfrutéis.

23 abril 2008

Arte Poética

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,

como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

Juan Gelman

20 abril 2008

Cuántica

por Juan José Millás (El País, viernes 18 de abril de 2008)

Soñé que un general de división se cuadraba ante una mujer embarazada. Soñé que la mujer embarazada era ministra de Defensa o ministra del Ejército o ministra de la Guerra, como quiera que se llame ahora. El hecho de que la ministra de la Guerra estuviera a punto de dar a luz sonaba a paradoja cuántica, pues en el mundo subatómico suceden cosas que atentan contra la lógica inmunda de la vida diaria, de ahí su atractivo. En mi sueño, veía a la ministra presidiendo un desfile con su vestido pre-mamá y me frotaba los ojos, pro si se tratara de una alucinación. Pero no, ahí estaba ella, con las manos felizmente apoyadas en la tripa redonda, sonriendo cada vez que el bebé daba una patada mientras sonaban las marchas militares y los coroneles disparaban salvas al aire, como si celebraran el embarazo de la ministra, en vez de uno de esos crueles “días” de la Victoria, o de la Patria, no sé en qué están ahora.

Soñé que cuando la ministra daba a luz, la habitación del hospital se llenaba de militares que llevaban patucos y colonias a la madre. Soñé que los viejos generales, acostumbrados a los paisajes de después de las batallas, se asomaban, inquietos, al moisés en el que se desperezaba el hijo de la ministra. Soñé que le hacían carantoñas, que le decían tonterías, que se peleaban por tenerlo en brazos. Soñé que la ministra le daba de mamar delante de ellos, mientras encomendaba al jefe del Alto Estado Mayor la misión de crear, en la sede del ministerio, una guardería para los hijos de los empleados. Soñé que conciliaba la vida familiar con la laboral sin presiones ni agobios ni chantajes. Soñé que hacía uso de la baja por maternidad sin miedo a perder el trabajo. Soñé y soñé y volví a soñar y cuando desperté, la ministra de Defensa o del Ejército o de la Guerra, como quiera que se llame, continuaba allí. Encinta.

08 abril 2008

Homenaje a Juan Gelman - Premio Cervantes 2007

Programa en la Casa de América

LITERATURA: MESA REDONDA
La nueva prosa de Juan Gelman
21/04/2008 19:30 hrs.
Con la participación de Horacio Verbitsky y Juan Carlos Algañaraz (del diario Clarín).
Modera Juan Cruz.

LITERATURA: MESA REDONDA
Juan Gelman: maneras de vivir el exilio
22/04/2008 19:30 hrs.
Con la participación de Carlos Monsiváis, Eduardo Hurtado y Juan Ramón de la Fuente.
Modera Marco Antonio Campos

http://www.casamerica.es/es/casa-de-america-madrid/agenda/literatura/homenaje-a-juan-gelman-premio-cervantes-20072

No creo que pueda asistir a la segunda mesa redonda, pero si vais el lunes 21 nos vemos.

07 abril 2008

La Biblioteca de Queens

Os recomiendo un artículo de El País de hoy, en el que el responsable de la biblioteca de Queens (EEUU) cuenta cómo se tuvieron que adaptar a la realidad de su comunidad: como una biblioteca de Babel, a la multiplicidad de nacionalidades y costumbres de sus vecinos.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/bibliotecas/cambian/vidas/veces/salvan/elpepugen/20080407elpepiult_2/Tes

03 abril 2008

Las golondrinas de Amelie

No están en las bibliotecas. El libro está en los catálogos pero todavía no se ha distribuido. Adela nos ha recomendado ¡lo último de lo último!

02 abril 2008

Corazón

Siento los latidos de mi corazón en la cabeza. Todos los días y desde hace dos años. Al principio era bastante molesto; llegaba a casa agotado por el esfuerzo que tenía que hacer para concentrarme en el trabajo; en mis ratos libres interfería con los acordes de la suite inglesa de Bach y con los golpes de raqueta en mis partidos de fin de semana.
Sin embargo, me di cuenta muy pronto de que podía utilizarlo en mi favor: era un alivio sentirme acompañado; que, al menos, un músculo de mi cuerpo trabajaba para que yo siguiera equivocándome. Aliado indiscutible a la hora de ligar: si ofreces tu lado débil o vulnerable (y un hipocondríaco es un débil aunque no vulnerable, pero eso no se nota) tienes más de la mitad del camino hecho. Supone una ayuda inestimable como cronómetro pues, cuando estoy tranquilo, produce un latido por segundo y si acompasas la respiración a periodos exactos, te relajas más rápido para hacer control mental.
Aunque no siempre ha sido tan diligente. El año pasado durante una conferencia sobre la “Teoría de la expansión permanente del Universo”, me quedé dormido. Algo inexplicable cuando pienso que soñé con esa conferencia durante meses. Es posible que solo fueran unos segundos pero el hecho es que me dormí. Desperté de golpe por el ataque irracional de esa víscera despiadada que ocupa el centro de mi vida. No fue un despertar tranquilo porque golpeé repetidas veces el hombro del oyente de mi izquierda al ritmo que marcaba el delator. Y lo llamo así porque sus latidos eran tan fuertes que era imposible que no los oyese toda la sala. Por fortuna, me había sentado en la última fila y solo los que estaban a mi lado dieron muestras de asombro. No tengo que explicar que dejé de oír al conferenciante y que, en cuanto acabó, salí disparado hacia la puerta (que se abría hacia fuera y yo tiraba hacia dentro)
Mi vida junto a este sonoro compañero ha sido cualquier cosa menos monótona. Pero ya voy echando de menos aquel silencio total que tanto me asustaba, ese deseo incontrolable de que algo sucediera, la queja continua sobre la inutilidad de la vida (sobre todo esto último, que da mucho placer)
Hace unas semanas comencé la ronda de visitas a los especialistas con las pruebas diagnósticas de rigor, a las consultas de medicina naturalista, a todo método no convencional para silenciarlo y, de vez en cuando, se calla. Cuando eso ocurre, me asusto porque no sé la razón de su calma, pero casi enseguida vuelve a saltar. Por eso estoy pensando en dejarle un poco más en libertad, darle más cancha a ver si me aclaro un poco y decido si quiero seguir danzando al ritmo que él me marca o prefiero un silencio absoluto que tendré que llenar con mi propia voz.